top of page

Yoga, no solo es cuerpo

Foto del escritor: Eva SenderosEva Senderos


 

El ser humano como la propia naturaleza están condicionados por el entorno y en esa relación identificamos el cuerpo como el reflejo de la mente, de las experiencias vitales, mostrando lo que ocurre en su interior; la lectura de ese gesto es lo que trae la práctica del yoga.

El yoga rompe esa estructura para que el cuerpo se libere, recupere su plasticidad y se mantenga libre de esos condicionamientos físicos, mentales y emocionales.    

A menudo la mente se aferra a la ira, la culpa o el arrepentimiento por sucesos del pasado o se ve afectada por la ansiedad y la preocupación de un futuro incierto, esa oscilación entre el pasado y el futuro es una de las causas más habituales de la tensión y el estrés.

Cuando estamos enojados apenas somos conscientes del motivo, pero esa frustración provoca una cadena de acciones contra el entorno o contra nosotros mismos, que se traducirá en tensiones físicas y mentales.

El primer paso es darse cuenta de nuestros estados emocionales, corregir y transformar esos estados alterados y hacerlos conscientes.

 

El yoga nos devuelve a nuestra esencia, a un estado de conciencia que envuelve cuerpo, respiración y mente.

El gran número de asanas que tenemos a disposición hace que podamos trabajar la estructura, cada postura me coloca en un lugar donde puedo verme a través de mi cuerpo con sus memorias, sus lesiones, sus tensiones y sus cicatrices.

Lo más importante es la técnica, cómo llegas a la postura para no dañarte y tener el mejor resultado, empezando por lo básico, que es aprender a sentir el propio cuerpo, llegar al equilibrio entre lo activo y lo pasivo.

En mi experiencia estamos muy alejados de la conexión del cuerpo, nos cuesta estar presente en él, cuando debería ser una prioridad formando parte de cada uno de los momentos de nuestra vida, escuchar lo que tiene que decir.

Desde esa mirada consciente podemos reconocer qué es lo que nos perjudica, las tendencias, lo hábitos corporales y no esperar a las alarmas del dolor o la enfermedad como llamada de atención.

Cada asana es una cualidad, es como un ser vivo que tiene inteligencia, tiene un trabajo óseo, estructural, orgánico, energético, mental, emocional, etc., es como un puzle en el que cada pieza encaja para desvelar la imagen final y en este caso la meta es la meditación, poder construir una postura desde la atención para llegar a la meditación mientras la practicas.

Cuando entramos en un asana entramos en el templo del cuerpo y todo el trabajo que desarrollamos desde la voluntad, desde la fuerza interior es un camino que va de la propia postura, de la flexibilidad, de la fuerza, del equilibrio, de eliminar toxinas hasta aprender a relajarme y dejar que mi mente sea absorbida y se coloque a disposición de la respiración y la concentración, para llevarte a su destino, la meditación.

Respetar nuestros límites, saber cuándo el cuerpo no está cómodo en una postura, cuando la respiración no es regular ni estable, me indica que debo revisar el asana, porque debe haber coherencia en la respiración, en mi energía vital dentro de la postura, estar presente, vivir el presente, adaptando las posturas a mis posibilidades y a su progresión.

Cada respiración mueve tu campo emocional y mental, en tu patrón respiratorio está la calidad de vida, el manejo de la energía vital del cuerpo.

El yoga no solo es práctica es un entrenamiento para cuando sales de la esterilla, cuando te relacionas con tu entorno y con la vida y cuando todo lo aprendido en un asana se pone a disposición de la vida, la fuerza, el equilibrio, drenar las experiencias y todo lo que nos pasa en el día a día, volver a la esencia.

Date una oportunidad para experimentar la belleza del yoga en ti.


Si quieres comenzar tus clases de yoga online pincha aquí

Si prefieres clases presenciales pincha aquí

141 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page