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¿Meditar es para mí?



Muchos, cuando se acercan a la meditación lo hacen con muchas dudas y miedos, como si la meditación fuera solo para unos pocos elegidos. Otros, directamente ni lo intentan porque dicen "que eso de estar quietos y en silencio les pone nerviosos, que no es para ellos". Algunos se lanzan de cabeza y al poco tiempo lo dejan porque no ven resultados inmediatos, y unos pocos que consiguen una práctica meditativa más o menos constante deciden mantenerla por el resto de sus vidas.


La meditación es una de las herramientas más poderosas que he conocido en mi vida. Es la herramienta que me ha ayudado a sobrellevar el dolor crónico, a poder sostener situaciones de estrés agudo. La meditación ha conseguido que evolucione como ser humano y como profesional de las enseñanzas espirituales del yoga. En mi caso la meditación, literalmente, me ha salvado la vida.


Y SI, la meditación es para todo el mundo, incluso aunque no persigas ningún fin espiritual con ella, y simplemente te sirva como herramienta puramente física y mental para tu día a día.


Como decía mi profesor Samuel: "¿No te duchas a diario? ¿No te lavas los dientes todos los días?. Pues meditar es la limpieza diaria de la mente". Los que tenemos una práctica diaria de meditación, el día que por lo que sea, no podemos, o no queremos meditar, lo notamos. Notamos la mente menos despierta, notamos que los pensamientos recurrentes y la "monkey mind" comienzan su baile infinito. Y por eso, aunque no pase nada por no meditar un día, igual que a veces pasarte un domingo en pijama sin ducharte es maravilloso, cuando finalmente te sumerges de nuevo en tu rutina de meditación es igual de agradable que un baño calentito con sales de Epsom.


Pero, y si meditar es para todo el mundo, y tiene tantos beneficios físicos, mentales y espirituales, ¿por qué cuesta tanto?, ¿por qué tener una rutina diaria es un esfuerzo titánico?. Yo no tengo la respuesta a eso, pero en mi experiencia como practicante y profesora, de lo que me doy cuenta es de que la mente tiene una inercia, una inercia poderosa a rumiar, a obsesionarse, a saltar de un pensamiento a otro, y más en los tiempos que vivimos, donde nos han educado para la inmediatez, el fast food de la información, la cantidad sobre la calidad. Desde pequeños adoctrinan a nuestra mente para hacer, hacer, hacer. El aburrimiento es casi un pecado y no hacer nada es un delito capital. Así que sentarnos a simplemente estar, sentir, observar, se convierte en algo que nuestra mente y nuestro cuerpo rechazan como si fuera una amenaza. Y es que, la mayoría de las veces se nos olvida que nuestro cuerpo y nuestra mente están a nuestro servicio, que son herramientas que desde nuestra conciencia nos pueden dar una vida plena, o sin ella un infierno en la tierra.


Y, por supuesto, la meditación no es inmediata, ni milagrosa. Las 200 primeras meditaciones te las pasas frustrado por no dejar de darle vueltas a todo, estas terriblemente incómoda por la postura, pensar en la lista de la compra, sentirte ridícula en un sitio con un montón de gente sin hacer nada, o peor, haciendo meditaciones en movimiento, cantando mantras, haciendo paseos zen mirando al suelo, o vete tu a saber que otra cosa rara que se hayan inventado en oriente para mantener la práctica de meditación a lo largo de la historia (Porque en el mundo moderno occidental, es la primera vez en la historia, que no practicamos la meditación, en cualquiera de sus formas de manera habitual). Por no hablar de cuando meditas sola en casa, pensando que la meditación es dejar la mente en blanco y te las ves canutas intentando parar los 7 pensamientos por segundo que se supone que todos los humanos tenemos (seguramente algunos tenemos más). Porque, lo que casi nadie te explica o quizá si y ni te has enterado bien porque tu mente estaba bloqueada pensando en el dolor de espalda que tenías en la "postura fácil de meditación" cuando el profesor lo explicaba, es que la meditación no es nada de esas cosas que estás haciendo, no es respirar, ni cantar mantras, ni observar tu mente, ni mirar un punto o una vela, o seguir los pies del que tienes delante; la meditación es un estado de la mente y del ser, y ¡ay amigo! eso si que es complicado de lograr. Y cuando por fin después de mucha práctica, de probar con diferentes herramientas meditativas, experimentas ese estado de la mente, piensas: "¡lo he conseguido!", y se esfuma entre tus dedos como la niebla, porque la mente ha vuelto para analizar y razonar (que para eso es su trabajo) en cómo lo has conseguido y juzgar lo increíblemente maravilloso que ha sido "¡chau estado meditativo!¡ha sido un placer".


Y aunque esa es parte de la realidad del proceso meditativo, incluso después de 20 años meditando, lo que más cuesta ver, son todos los beneficios que la meditación tiene, incluso aunque no experimentes el momento "WAU".


Poco a poco te vas transformando por dentro y por fuera, aprendes a observar la vida en lugar de reaccionar ante ella, aprendes que lo que ocurre a tu alrededor no es una guerra abierta contra ti, aprendes que aunque la mayoría de las veces las reacciones de los otros no son personales, es bueno poner límites y mantenerte en tu centro. Te das cuenta de que tienes más energía, más claridad mental, más memoria y entendimiento, pero sobre todo, lo que ha sido más importante y valioso para mi, aprendes a comunicarte con tu alma, a saber qué la nutre para poder alimentarla, y eso, desde mi humilde opinión, es el mejor aprendizaje que puede haber.


Así que SI, la meditación por supuesto es para todos, pero hay que tener un corazón valiente para afrontar los maravillosos cambios que te va a traer, porque el proceso no va a ser un camino de rosas, aunque si es un camino de descubrimiento, de sorpresas, de auto amor, de empatía, y de poco a poco, serenidad.


Por eso no esperes ni un minuto más, comienza a practicar herramientas de meditación, experimenta y encuentra la que se adapte a tu modo de ser en este momento, y ¡dale!, aunque sea meditando cinco minutos al día, que puedes quitar de la hora y medía que te pasas dándole al dedito en las redes sociales, o viendo series que te embotan el cerebro. No te vas a arrepentir, te lo prometo.


(Momento publi) Y aunque por supuesto que se puede meditar en la soledad de tu casa sin ayuda de nadie, si se te hace bola, en Escuela Parvati tenemos clases de meditación todos los Lunes y Viernes, tanto presencial (los Viernes) como online (Lunes y Viernes).


Y el 24 de Febrero de 10-14 tendremos un intensivo de Meditación, donde desconectarás del mundo y de la verborrea mental durante cuatro horas. En estas 4 horas probarás diferentes herramientas para intentar experimentar el estado de meditación.


En este taller meditaremos con estas herramientas:


  • Meditación Vipassana, la meditación de la quietud y la observación

  • Meditación en Movimiento, con meditación Zen y danza mantras

  • Yoga Nidra, el yoga del sueño consciente

  • Meditación dibujando mandalas con cuencos tibetanos.

Si vienes presencial a Móstoles, durante el taller los móviles permanecerán apagados (si apagados del todo) fuera de la sala. Se facilitará un número disponible en todo momento por si hubiera alguna emergencia.

En las 4 horas que dura el taller no se podrá hablar más que al inicio y al final del mismo, y se respetará el silencio en todo momento. En caso de emergencia se podrá hablar con la profesora. Habrá un descanso de 5 minutos entre cada una de las cuatro prácticas para poder ir al baño, pero sin dispersarse para no perder los beneficios del trabajo ya realizado.

Al terminar podremos poner en común todo lo experimentado y consultar cualquier duda.


Si haces el taller en modalidad online, es importante que se respeten estas normas, deja bien claro a tu entorno que esas 4 horas son sagradas para ti y que sólo te podrán contactar o hablar en caso de emergencia. Busca una habitación tranquila y aislada donde no vaya a pasar nadie en ningún momento. Antes del taller mandaré un listado con los materiales necesarios (que son pocos y sencillos) que deberás tener a mano donde lo realices. Se desaconseja totalmente hacer el taller con el móvil o tablet a no ser que lo tengas conectado a un televisor o un altavoz que te de una buena calidad de audio, que va a ser necesaria para poder aprovechar el taller.


El precio del taller es de 30€ por persona. Si eres alumno o paciente de Escuela Parvati son 25€ por persona


El grupo será máximo de 17 personas entre participantes presenciales y online.


Muy importante. Si tienes una enfermedad mental diagnosticada, aunque esté tratada, la profesora necesitará ponerse en contacto con el profesional de la salud que lleve tu caso para evaluar si es adecuado o no para ti en este momento.


Para reservar tu plaza es necesario hacer una reserva del 50% del importe no reembolsable en caso de no asistir (excepto casos de fuerza mayor por parte del alumno o la profesora que se devolverá íntegro).


Para reservas, más información o dudas escribir a parvati@yogaymusicaparvati.es


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